Con vista al Viaducto Miguel Alemán (no. 641) este hotel merece una antirecomendación. Con toda su facha de: “si usted viene del aeropuerto, hospédese aquí”, el Hotel es excesivamente caro para lo que poco que ofrece.
Lo Niña Mala: Muy poco, porque a pesar que el hotel cuenta con restaurante, la cocina no merece una especial mención ni a uno ni a otro lado, acaso lo único interesante sea que del estacionamiento hay un elevador que lleva directo a los cuartos, un joven sin pretensiones lo recibe a uno a su llegada al estacionamiento y le trae su llave para evitarle el siempre bochornoso paso por el lobby.
Lo Diablo Guardián: Caro, caro y bien pinche caro, a 500 pesos el cuarto sencillo y sin nada que desquite el precio yo no sé a que juega esta gente, el cuarto es pequeño y en extremo sencillo, sin muchos adicionales, una secadora de cabello es lo más lujoso que uno se encuentra; después de tres vueltas por todos los canales llegue a la conclusión de que ni uno sólo de ellos era porno y en ultima instancia la única ventaja real, el elevador que sube del estacionamiento a los cuartos sin pasar por el lobby, es fácilmente perdible si, distraído por los encantos de alguna niña (sea o no esta mala) uno no se da cuenta de que hay dos elevadores relativamente cerca uno de otro: uno que si baja al estacionamiento y otro que solo baja al Lobby (a pesar de tener el botón del estacionamiento) por lo que si se encuentran como yo ese día: medio imbécil y completamente deslechado, es fácil llegar justamente a donde uno no quería llegar: el Lobby. Finalmente debo decir que el cuarto cuenta con aire acondicionado, y que además funciona con un control remoto empotrado al buró, ustedes podrán decir ¿Pero qué esto no es bueno?, un par de cosas al respecto: además del hecho, científicamente comprobable, de que estando en pelotas y siendo estas mordidas por la Niña Mala, se inhiben por completo los receptores de temperatura y de dolor en la piel, el DF tiene uno de los mejores climas posibles, no creo que nadie nunca prenda el susodicho artefacto como no sea con afán de chingar a la administración por mancharse en el precio.
Conclusión: No puedo en buena conciencia recomendar un hotel así a nadie: muy caro para los que acostumbramos la vida en cinco letras y sin ningún valor agregado, muy cuartucho barato para los que con sus ingresos podrían pagarlo, así que solamente si vienes del aeropuerto, sin Niña Mala que te acompañe y sin ánimos para nada que no sea dormir o ver la telenovela de las 9, es mejor mantenerse alejado de este establecimiento.
Lo Niña Mala: Muy poco, porque a pesar que el hotel cuenta con restaurante, la cocina no merece una especial mención ni a uno ni a otro lado, acaso lo único interesante sea que del estacionamiento hay un elevador que lleva directo a los cuartos, un joven sin pretensiones lo recibe a uno a su llegada al estacionamiento y le trae su llave para evitarle el siempre bochornoso paso por el lobby.
Lo Diablo Guardián: Caro, caro y bien pinche caro, a 500 pesos el cuarto sencillo y sin nada que desquite el precio yo no sé a que juega esta gente, el cuarto es pequeño y en extremo sencillo, sin muchos adicionales, una secadora de cabello es lo más lujoso que uno se encuentra; después de tres vueltas por todos los canales llegue a la conclusión de que ni uno sólo de ellos era porno y en ultima instancia la única ventaja real, el elevador que sube del estacionamiento a los cuartos sin pasar por el lobby, es fácilmente perdible si, distraído por los encantos de alguna niña (sea o no esta mala) uno no se da cuenta de que hay dos elevadores relativamente cerca uno de otro: uno que si baja al estacionamiento y otro que solo baja al Lobby (a pesar de tener el botón del estacionamiento) por lo que si se encuentran como yo ese día: medio imbécil y completamente deslechado, es fácil llegar justamente a donde uno no quería llegar: el Lobby. Finalmente debo decir que el cuarto cuenta con aire acondicionado, y que además funciona con un control remoto empotrado al buró, ustedes podrán decir ¿Pero qué esto no es bueno?, un par de cosas al respecto: además del hecho, científicamente comprobable, de que estando en pelotas y siendo estas mordidas por la Niña Mala, se inhiben por completo los receptores de temperatura y de dolor en la piel, el DF tiene uno de los mejores climas posibles, no creo que nadie nunca prenda el susodicho artefacto como no sea con afán de chingar a la administración por mancharse en el precio.
Conclusión: No puedo en buena conciencia recomendar un hotel así a nadie: muy caro para los que acostumbramos la vida en cinco letras y sin ningún valor agregado, muy cuartucho barato para los que con sus ingresos podrían pagarlo, así que solamente si vienes del aeropuerto, sin Niña Mala que te acompañe y sin ánimos para nada que no sea dormir o ver la telenovela de las 9, es mejor mantenerse alejado de este establecimiento.
1 comentario:
Q bueno que se dedican a hacer estas reseñas porque uno comete cada error a veces por calentura o por poca experiencia o un poco de las dos jajaja
Ya que vivo cerca del aeropuerto, he pasado por este hotel desde que ya pensaba en el sexo, dicese de algo asi como desde los 15 años (hora tengo 22), y siempre tenia la idea de ir al portonovo, incluso cuando apenas me iniciaba en estas dulces y sucias artes del sexo y me preguntaban a que hotel queria ir, solo contestaba que el portonovo pork era de los unicos que ubicaba.
Ahora que leo su reseña, me siento afortunada de que mis parejas siempre contaran con mejores ideas para disfrutar de lugares más agradables y accesibles.
Bien por su blog, y sigan asi, si necesitan ayuda para hacer reseñas, cuenten conmigo, conozco varios/algunos aunk no cuento con fotos =(
Publicar un comentario